La Condylactis Gigantea, sin duda es una de las anémonas más duras de la familia, por este motivo es una anémona común de arranque para el acuarista que busca una anémona para su primer acuario.
Necesita de muy buena iluminación y bastante de roca.
Debemos evitar los hermitaños patas rojas ya que son su depredador natural.
Los niveles bajos de materia orgánica disuelta, ayudará a su salud en general por lo que el uso de un skimmer de proteínas es imprescindible. Los altos niveles de nitratos es probable que conduzca a su desaparición.
El Condylactis puede ser un habitante de arrecife bueno si encuentra un lugar en el que está fuera del alcance de los corales y anémonas a los que picará y lesionará.
Esta anémona y el pez payaso ocellaris no los encontramos en simbiosis en la naturaleza, por lo que no es un huésped natural específico de todas las especies de pez payaso.
Sin embargo se puede encontrar con los amphiprion clarkii, amphiprion sebae o clarkii de lomo negro, premma biaculetaus o payaso tomate, o Premma biaculeatus de raya amarilla o Maroon raya amarilla, que la usen como un huésped así como peces apogon.
Tambien encontraremos en simbiosis con esta anémona algunas gambas y cangrejos comoPericlimenes brevicarpalis o thor amboinensis, y el Neopetrolisthes maculatus.
Su principal alimentación está basada en la luz y los nutrientes disueltos en el agua aunque también aceptará y agradecerá todo tipo de comida, los trozos de pescado blanco, krill, o mejillones les encanta.
La adición de yodo es necesario para mantener su buena salud.
En general, los extremos son de color morado, rosa, azul lavanda suave, amarillo..., mientras que el pie es más bien rojizo.
El color puede variar en función de la cantidad de nutrientes disueltos en el agua, a más nutrientes mayor oscurecimiento.